Publicidad en el blog

Hace años que tengo el blog y en ningún momento ha tenido publicidad y seguirá siempre así. Cuando creé este espacio su función siempre fue un cajón donde depositar los pensamientos que pesaban demasiado en mi cabeza, o bien las curiosidades que merecían la pena ser recordadas tiempo después de ser escritas. Fue un rincón de desahogo en el cual colocaba ideas sueltas e inconexas sin otro ánimo que el de compartir mis pensamientos para aquel que quiera recogerlos.

Han pasado ya años desde la primera entrada en el blog, fíjense: 27/10/2004, parece mentira. A pesar de todo este tiempo, el blog ha vivido conmigo unas veces con más actividad, otras con menos… pero siempre vivo (tal como mi manía de los… puntos suspensivos). Nunca he intentado matarlo aún cuando ha habido cambios más que notables en mi vida y el tiempo para dedicarle el tiempo que se merece ha disminuido. He evolucionado (algunos dirán que a mejor y otros a peor) pero creo que el “core” sigue siendo el mismo, los valores básicos los he mantenido y entre ellos encuentro la necesidad de comunicarme con nadie y con todos que es lo que me proporciona este blog.

Por ello, a pesar de que mucha gente me incita a poner publicidad en la web, creo que no lo haré jamás. Ello sería la prostutición del blog, nada me molesta más al navegar en internet que las páginas llenas de publicidad (especialmente la cutrepublicidad de google que les da un aire impersonal) y por ello no venderé mi espacio, creo que lanzaré una proclama al cielo:

“Esto no es un negocio, es un hobby, una ilusión. Y no lo matará el sucio dinero.”

Después de esta declaración anako-comunista, creo que no tengo más que decir. Respeto a aquellos blogs que la tienen, e incluso pincho algún enlace (para hacer felices a los dueños de dichos blogs), pero no lo comparto. Para mi es una cuestión de razón (que no corazón) de combate a la publicidad que inunda nuestros sentidos sin capacidad de reacción hasta la saturación.

Canción escuchada en este momento: Angie – Rolling Stones.