jueves, 17 de abril de 2014

Crisis de Estado: Cataluña independiente

Ha pasado mucho tiempo desde venimos sufriendo la tensión entre Cataluña y el Gobierno Central. De hecho, creo que hay gente que ha perdido la noción del tiempo. Así, hoy día, no sería capaz de definir una fecha de inicio de esta última crisis de Estado que nos rodea y asfixia por igual.

En alguno medios me hartado a escuchar que esta situación de posible colisión del Estado, que han denominado con cierta gracia "pasión de catalanes" e "independizar en tiempos revueltos", tuvo su inicio en los primeros días de gobierno de la Administración Rajoy. Según estas teorías, ésta es la situación derivada de los intentos frustrados del President de cambiar el modelo financiación autonómica por uno más favorable ante el precipicio financiero ante el que se encontraba. Pero pensando en la crisis inmediata y la historia moderna del país el enfoque es erróneo.

Simplificar supondría  tomar como cierto que los problemas vienen de una frustración. Hasta aquí de acuerdo. Una frustración creada sobre la negativa del Gobierno de España ante un escenario de carreras de obstáculos financieros ante la que se encontraba. Aquí no. Simplificar que el problema catalán, limitarlo a la pela es demasiada simplificación.

No es concebible correr los riesgos que se corren, por la parte y por el todo, por una cuestión puramente crematística. El problema es de fondo: no existe un objetivo común para la existencia del Reino de España. Ni siquiera el fútbol ha conseguido dar esa unión, que sí consiguieron los Juegos Olímpicos del 92. Los Juegos de Barcelona o los Juegos en España, fue el último éxito. Falta la lucha por la consecución de un éxito / objetivo compartido del que todos nos sintamos participes.

¿Y que hacemos hoy? Estamos en plena crisis económica, con un paro galopante y una masa social destrozada anímicamente de tanta subida de impuestos y recortes en asistencias sociales. Bajo mi punto de vista sólo se puede tomar una determinación: remar, remar y REMAR.

Remar, es ir hacia adelante. Continuar con política que prioricen en los objetivos de Estado comunes a todos los españoles: bajar el paro, presión fiscal, mejorar servicios públicos y seguir construyendo el único objetivo que nos puede ayudar; contribuir al fortalecimiento de Europa. Para ello, hay que luchar por no echar más leña al fuego, alargar los procesos de referendum y otras formas de acción directa. No para no abordarlas nunca. Hay que resolver los problemas en un momento en el que el país disponga de mayor músculo. Sea para convencer a los que no creen en el proyecto común, sea para dividirnos cerca de la playa y no en plena tormenta de alta mar.

Tengamos siempre en cuenta que la unidad de España se hacer para algo y por algo. En caso contrario fracasará.

Para ampliar la idea que he intentado plasmar convendría repasar España invertebrada de José Ortega y Gasset. Libro que debería ser obligatorio en cualquier Universidad (si quiere escribirse con mayúsculas), son sólo ciento cuarenta páginas cargadas de contenido y debate.


Escuchado mientras escribo: Seda negra - Tako.

No hay comentarios: