Y así nos encontramos en un punto de la seguridad, basada en la disuasión de la población civil a la rebelión incívica. O también considerado como un método de controlar a la población restringiendo su libertad.
El último grito tecnológico de este tipo de armas de “defensa” de los Estados, ha sido desarrollado por el Pentágono. El aparato en cuestión es un arma que causa un daño reversible y se concreta en una pistola “láser” que envía un disparo que provoca un dolor de gran intensidad en un punto del cuerpo, similar al ser marcado cual vaca con hierro ardiendo. Especialmente idóneo para el control de la población por la policía.
Y es que la principal ventaja de este nuevo artilugio, es que no deja marca de ningún tipo. Según las palabras de uno de los ingenieros encargados del proyecto “Se ha establecido el mínimo de irradiación para provocar una sensación termal igual a cuando comienza una herida”. La única pega es que es capaz de dejar ciega a una persona, por lo cual están buscando una longitud de onda que no dañe el ojo.
Cada vez queda menos para verla en nuestras calles…
Y yo creo que es peligroso, y es que su uso incontrolado podría ser brutal. A modo irónico, dejaré la siguiente cuestión: “¿Cuántas veces seríais capaces de disparar a vuestro hermano menor por putearle un poco?, ¿Y a un enemigo? y si tuvieseis que torturar a alguien, ¿con qué lo haríais?”…
Total, no podrá ser demostrado en un tribunal.
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Dejo el post, con una buena canción, como mandan los cánones del buen blog.
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