jueves, 15 de octubre de 2009

Con dureza o ironía...

La verdad puede doler, pero siempre es preferible a la mentira. Eso es lo que piensa mucha gente, aunque otras personas piensan que es mejor una pequeña mentirijilla que no hace daño a nadie y luego están los políticos, que prefieren la mentira a la verdad. ¿Por qué?

Deben pensar que la gente, sus jefes son realmente estúpidos, que no piensan ni un instante en lo que se les dice, y que se les puede engañar de la manera más soez con tintes de transparencia. Por ello, son capaces de proferir una mentira tras otra.

Nos dicen que dar subvenciones de 3 millones de euros a las empresas dónde trabajan sus hijos no es trato de favor, utilizar los aviones de las fuerzas armadas para dar mítines de partido son gastos de seguridad, gastar 500.000 en un coche oficial es un gasto normal por representación, remodelar un piso oficial gastándose más de un millón de euros cuándo han vivido otros ministros anteriormente es un gasto por comodidad, decir que la crisis económica es una desaceleración económica con brotes verdes, que llegaríamos este año al pleno empleo, y nos dicen que Afganistán no es una guerra.

Ellos, que son las personas encargadas de la gestión de la empresa con los presupuestos más altos del país, el Estado. Ellos, se ríen de nosotros. Deciden reírse por todo lo alto, a ver cuanta cantidad de borregos son capaces de seguirles.

Mejor me lo tomo con ironía y dejo volar mi imaginación… a primera hora, mientras tomaban el café de la mañana: las ministras de Economía y de Vivienda con Zapatero, contándose las últimas “no verdades” que nos habían colado… que si recuperación de la economía en 2010, que si cae la vivienda durante el primer trimestre, etc. Pues bien, Zapatero veíaque se le subían a las barbas y dijo:

- Voy a decir una mentira con la que os voy a demostrar por qué soy YO el PRESIDENTE DE GOBIERNO.

Estuvo trabajando toda la mañana y tras unos cuantos borradores, finalizó su obra maestra y la publicó en el BOE. Sacó el patrimonio de sus ministros a día de hoy.

En el aparecía su patrimonio como 209.206 euros, es decir, que tiene el mismo patrimonio que una persona que posea un pisito de 90 metros cuadrados en la zona más barata de Alcobendas. Y todo esto con un sueldo de cerca de 70.000 euros anuales durante los 5 años que lleva viviendo en “La Moncloa” a gastos pagados. Más todo lo que podría haber ahorrado en los años que lleva “trabajando en la política”.

Me imagino al director de la oficina de Caja Madrid, rechazando un préstamo hipotecario que quería pedir Zapatero para comprarse una casa de 4 dormitorio, por un valor de 420.000 euros. Le dice:

- Lo siento señor presidente, no puedo darle liquidez, creame que me gustaría pero me es imposible. Usted no dispone de trabajo fijo, su mujer no tiene trabajo y no dispone de patrimonio suficiente para avalar la vivienda que desea adquirir.

Ciertamente subrealista. Y el resto de sus ministros igual, ya Chaves, más chulo que un ocho dice que su patrimonio son 70.000 euros. Dos cojones.

Me voy con una buena canción, de Rafa Pons. Iré a verlo el sábado, ¡ciao!

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