martes, 21 de julio de 2009

Otra vez vuelvo tomar aire

Ya acabaron las 2 duras semanas de verano, ya soy cuasilibre.

He terminado el proyecto más importante de este año y el curso infernal intensivo de inglés.

Mi vida discurre por rachas, puede ser mejor o peor, pero lo cierto es que es así. Y sucede a mi imperiosamente desordenada vida, en la que los plazos parecen estar marcados por el autentico diablo: tengo un trabajo que me fija unos plazos inflexibles de obligado cumplimiento, una novia extra-planificadoraencantadora que busca actividades todos los puentes, los abonos del Madrid (¡este año toca disfrutar!), ligas de futbol todas las semanas, demasiada familia a la que hacer frente y una cabeza tan cuadriculada como los pixeles de la pantalla de mi primer ordenador; no me queda tiempo libre!

No me queda tiempo libre, para ver a todos los amigos todas las veces que me gustaría verlos, leer los libros que me compro (tengo acumulados más de 40 en mi habitación...), dormir una vez la siesta una vez al mes, practicar un poco de tennis, squash, paddel, esgrima o deportes en general... un largo e t c.

Y cuando eso sucede (que suele ser muy a menudo) puede ser un problema. Hay gente que aunque te quiere no entiende tu vida y se empeña en que sigas los pasos como lo hace la mayoría... pero yo no soy la mayoría, soy un individuo con capacidad de decisión y con mis acciones lo revindico. Lo dire

Me gusta mi estresante vida llegando a la 00.30 de la noche y amaneciendo a las 7 a.m. Me hace feliz ser una persona ocupada en tantas batallas interesantes, aunque luego te dejen heridas y más tarde se queden en dulces cicatrices.

Conozco una persona que una vez me dijo que para saber vivir "hay que probarlo todo", pero yo soy más bien pienso que "para vivir, hay que moverse en tantos aspectos como te sea posible, ir tan rápido como te sea posible y enlazar todo hasta casi ahogarte. Sólo entonces merecerá la pena pararse y mirar atrás todo lo acontecido. No debe pasar lo que les ocurre a los corredores cuando miran atrás se despistan y se ven sobrepasados (no por otros sino por la situación) antes de llegar a la meta".

...

Por cierto, como la suerte ni se viste ni se desviste, gane 50 euros en el casino. Gracias al número 13.

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