La reacción del PSOE ante el éxito de la convocatoria del PP el sábado en Madrid oscila entre la impotencia y el desconcierto. Cuando el Gobierno asegura que respeta el derecho de los ciudadanos a manifestarse, se limita a decir algo elemental en una democracia constitucional. Tal vez esta obviedad oculta una rectificación a medias: el entorno gubernamental lanzó una acusación infundada contra el PP al identificar el ejercicio del derecho que reconoce la Constitución con una supuesta actitud extremista y antidemocrática. Vistas las imágenes más que elocuentes de la Plaza de Colón y de todo el centro de Madrid, debería más bien admitir que en eso consiste precisamente la democracia participativa. El falso consuelo para los socialistas llegó con la peregrina afirmación de que el PP no ha cumplido sus expectativas. Pero más allá de la guerra de cifras, es notorio que la respuesta de la gente fue impresionante en cantidad y en calidad, con una reivindicación ya imparable de los símbolos de la nación española.
Como es habitual, el PSOE aportó en su reacción oficial de ayer comentarios no exentos de mezquindad recordando a los muertos de Irak y del 11-M. Por cierto que, si los socialistas esperaban la exhibición de banderas con el águila de San Juan y otros símbolos vinculados al franquismo, de nuevo fracasaron en su diagnóstico. Ahora, en cambio, habrá que estar atentos a cuántas enseñas republicanas -estas sí preconstitucionales- se exhiben en la marcha de próximos días que el PSOE apoya contra la guerra de Irak.
Pero pese a la sorprendente reacción del PSOE, alejada de cualquier atisbo de autocrítica, lo peor de todo es la contumacia en el error. Zapatero reitera que la decisión sobre De Juana Chaos es irreversible, lo que demuestra una nula sensibilidad para entender el mensaje que con extraordinaria nitidez le ha transmitido un importante segmento de la sociedad. Además, los síntomas de impotencia y de pérdida de perspectiva que demuestra Zapatero vienen acompañados de la presión constante de dirigentes de Batasuna como Arnaldo Otegi, especialistas en aprovechar la debilidad del adversario para reforzarse en el pulso que el Gobierno, de modo irresponsable, les está permitiendo echar al Estado de Derecho. No en vano, posiblemente en el peor momento político y anímico de la legislatura para Zapatero, Otegi ha vuelto a poner sobre la mesa sus condiciones al dar por hecho que Batasuna o sus herederos estarán en las urnas el próximo mayo y, de nuevo, que sin Navarra no hay nada más que hablar. Estamos en presencia por tanto de un antes y un después en esta legislatura convulsa, que está ya agotada en términos políticos. Si Zapatero persiste en huir hacia delante, cometerá un error que puede ser determinante para su futuro político aunque prefiera imaginarse que el tiempo provocará el desgaste de la movilización popular. Ahora bien, mientras Zapatero sigue con sus cábalas, Rajoy abona su terreno hacia 2008.
EDITORIAL ABC lunes 12 de marzo de 2007.
Además la más que interesante biografía de un tal De Juana, hijo como no podía ser de otra forma de un castellano falangista. Dimes quien eres y te diré de donde procedes, la bandera puede que sea distinta pero no ocultan tu esencia.
Articulos por los que ha sido condenado: 1 y 2.
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