Es hora de una crónica de batalla de warhammer
El pasado domingo se llevó a cabo un gran desembarco de naves eldar oscuro, miles y miles de cápsulas se lanzaron a velocidades supersónicas por las expulsadoras del mundo astronave Karien IV, atravesando el interfaz de energía oscura hasta caer sobre el objetivo programado: el mundo caótico Saan Kahl, uno de los planetas dominados por la furia del dios Khôrne rico en especia, el despliegue había sido satisfactorio, pero estaban avisados.
No les cogió por sorpresa el desembarco, estaban preparados a unos 180 km de distancia con todo preparado para un contra-ataque. Su dotación para repelernos estaba formada por dos ejercitos: La guardia traidora de Cadia y un gran contingente de locos berzerkers dirigido por el tan justamente temido Maquiavelo. La guardia traidora estaba encargada de destrozarnos a gran distancia con sus poderosos tanques de batalla y cientos de cañones láseres dispuestos a partirnos por la mitad según mostrásemos nuestras cabezas. Mientras que por otra parte, estaban centenares de vehículos Rhînos cargados de berzerkers dirigidos por sus sanguinolentos paladines y algún que otro lugarteniente.
Durante primeros compases de la batalla fuimos tomando posiciones, aunque en el transcurso de un par de minutos perdimos toda iniciativa de combate al ser destruidas nuestras poderosas naves tipo Devastador capaces de cubrir varios kilómetros a base de fuego pesado. Habíamos pérdido una importante parte de nuestro ejercito, pero no teníamos porque desesperar, aun estábamos en condiciones de darle la vuelta a la tortilla... Los incursores cargados de brujas se movieron en una rápida y peligrosa maniobra hacia el centro del campo de batalla esperando esquivar el fuego enemigo gracias a los sensores de calor de nuestro vehículo y cubiertos por mis leales guerreros que debían repeler como pudieran a la ingente cantidad de ruidosos Rhînos que nos llegaban frontalmente pareciendo no tener fin.... Por otro lado nuestro Cuartel General, con el Arconte Neomad y su guardaespaldas Drazhar siempre a su lado, se desplazó a lo largo de la ladera derecha que estaba protegida por una montaña abrupta de los disparos enemigos, su objetivo era rodear a las tropas de Maquiavelo y acabar con las tropas traidoras Cadia, quitando de en medio todo el estruendoso fuego que tantos estragos estaba causando en las filas más expuestas.
Las brujas cayeron enseguida, fue un acto valiente pero imbécil, toda nuestra elite había sido eliminada entre los disparos Cadianos y la lluvia de munición de bolters berzerkers que se les vino encima en cuanto estuvieron a tiro, no podía haber tenido otro destino, más vale cobarde y vivo que valiente y vivo. El cuartel general pese a haber eliminado varias escuadras de berzerkers y al tecnosacerdote visio-ingeniero Repairer no conseguía adentrarse en el campamento caótico. No aguantaríamos mucho tiempo.
Arconte Neomad en cuanto tuvo noticias completas del frente, no tuvo más remedio que dar orden de retirada. Huímos tan rápido como pudimos, dejando atrás a merced de los seguidores de khôrne a centenares de valiosos guerreros a los que no había sitio de embarque en los pocos incursores funcionales que quedaban o tiempo suficiente para hacerlo.
Nos retiramos campo a través entre llamas todavía encendidas desde nuestro desembarco en busca de algún núcleo de resistencia eldar al que nos pudieramos reincorporar para vengar esta humillante derrota. ..
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